Las rocas y las piedras han simbolizado durante milenios el poder Divino, así como la permanencia, la totalidad y la cohesión. La naturaleza aparente impenetrable de la piedra ante los elementos las convertía en parte de lo eterno, así como una fuerza protectora tanto para los vivos como para los muertos, un montón de guijarros o piedras han servido para marcar lugares sagrados; En las regiones montañosas, desde Europa hasta los Himalayas, se colocaban estos montones en los pasos de montaña y los viajeros depositaban ofrendas en ellos, estos montones servían como indicadores y como agradecimiento por un camino seguro. Los Hermae de la Gracia antigua (pilares cuadrangulares coronados por una cabeza o busto, dedicados a Hermes y otras deidades) que se encontraban en las esquinas de las calles, frente a las puertas y patios de las viviendas, aquellos que pasaban añadían una piedra o ungían la pila, que representaba al dios, con aceite, depositando pequeñas ofrendas, como fruta o higos secos. con el tiempo, se fue dando una forma mas oficial a estos pequeños montones de piedras y surgieron los pilares que se convirtieron en ubicuos monumentos de la devoción cotidiana. 

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Muchas culturas levantaron montones de piedras en las encrucijadas de los caminos porque ése es un punto tradicionalmente asociado con la revelación y los espíritus simbólicamente, le encrucijada representa elección y, en muchos lugares del mundo estaba adornada por montones de piedras, inscripciones, altares y capillas, tanto para propiciar al espíritu como calmar al alma del viajero. En la antigua Grecia, las encrucijadas eran lugar tanto de los espíritus como de intersección de lo conocido con lo desconocido, a la vez el reino de los vivos y de los muertos, las encrucijadas estaban consagradas a Hécate, la triple diosa y a Hermes mensajero de los dioses y ambos se honraban con montones de piedras y ofrendas. Aunque Hermes era el dios del camino literal- el dios de los indicadores de los caminos, también lo era del camino espiritual, antiguamente la disposición de piedras o rocas en forma circular ha evocado lo visual de antiguas danzas rituales asociadas con ritos lunares y solares, así como con el agua. En las leyendas populares, los círculos de piedras planas que se encuentran en los campos se ha considerado siempre lugares mágicos de hadas y duendes, así como de protección. las tradiciones de los indios Americanos hablan del poder del circulo de piedras porque éste fue la primera representación, para muchas tribus, de la sagrada rueda de la medicina, durante milenios, muchas culturas también consideraban que las rocas y las piedras eran hijos de la Madre Tierra, la naturaleza sagrada de la piedra, expresada del Éxodo, que prohibe alterar de manera alguna la piedra: " Y si tú me construyes un altar de piedra. no lo hagas con piedra tallada, porque si levantas tu herramienta sobre ella, la habrás contaminado" (Éxodo20:25)